Domingo III del Tiempo Ordinario ciclo C:“El Espíritu del Señor me ha ungido”
(Lc 1,1-4; 4,14-21)
| La Palabra de Hoy1ª Lectura: Nehemías 8,2-6.8-10 “El pueblo escuchaba con atención” Salmo : 18 2ªLectura: 1ª Corintios 12,12-30 “Todos hemos recibido un mismo espíritu por el bautismo” Evangelio: Lucas 1,1-4; 4,14-21
PALABRA DE VIDA |
La palabra de Dios de hoy es una clara invitación a la lectura y meditación de la Escritura. Así, el pueblo restaurado tras el exilio en Babilonia inicia su nuevo caminar con la lectura del libro de la ley( 1ª lectura de Nehemías). Jesús, ante un pueblo de pobres, cautivos y ciegos, todos ellos por restaurar, comienza su tarea mesiánica leyendo un texto del profeta Isaías. Es el “hoy” consagrado a Dios, tiempo de salvación, ocasión para la alegría y la celebración. Y todo porque el Espíritu impulsa a Jesús a anunciar la Buena Noticia. Este mismo Espíritu es el que nos empuja a formar el cuerpo de Cristo, la Iglesia, y a estar preocupados por los más débiles y desfavorecidos.
El texto del evangelio de hoy presenta dos partes bien diferenciadas: los cuatro primeros versículos con los que comienza el evangelio de Lucas (Lc 1,1-4), y la narración del inicio de la actividad de Jesús en Galilea, donde anuncia su programa mesiánico (Lc 4,14-21). La primera parte es una declaración de intenciones por parte del autor. Nos dice por qué escribe y para qué escribe, a la vez que da cuenta de su metodología de trabajo, todo ello con el gusto retórico, a veces exagerado, de la época. Por ejemplo, en el uso de "muchos", identificando variedad y multiplicidad.
Desconocemos la identidad de Teófilo, a quien Lucas dedica sus dos obras (Evangelio y Hechos). Probablemente se trata de un recién incorporado al cristianismo, a quien el autor quiere proporcionar una sólida garantía de la instrucción rudimentaria que ha recibido. Tras una investigación exhaustiva de las tradiciones recibidas, Lucas hace una presentación sistemática de los acontecimientos, ofreciendo un conjunto literario articulado.
La segunda parte del texto nos traslada a los comienzos de la actividad de Jesús, que Lucas resume como actividad docente en las sinagogas de Galilea, guiado todo por la fuerza del Espíritu. A continuación presenta un caso concreto de docencia en una sinagoga concreta. Una sinagoga significativa por hallarse en el lugar donde Jesús se crió. El relato de Lucas da por supuesto el conocimiento del funcionamiento litúrgico sinagogal de los sábados con sus cantos, recitaciones, orden y modalidad de las lecturas, bendición final. Probablemente Jesús ha sido invitado por el presidente de la sinagoga a leer y comentar la segunda lectura, tomada del profeta Isaías. ¿Lectura ya reglamentada o de libre elección por el lector? No podemos saberlo a ciencia cierta, aunque el giro de la expresión "encontró un pasaje" parece significar más bien que el propio Jesús busca expresamente el pasaje. Hagamos también nosotros la prueba y busquemos el pasaje en el comienzo del capítulo 61 de Isaías. Constataremos que Jesús termina la lectura en el v.2a, suprimiendo el aspecto negativo del mensaje proclamado por Isaías. El pasaje habla de proclamar el año de gracia del Señor, el día de desquite de nuestro Dios. Jesús lee lo del año de gracia y omite lo del día de desquite. ¿Omisión deliberada? El relato de Lucas continúa con escueto grafismo: Jesús cerró el libro (enrolló, los libros eran tiras largas de pergamino), lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los presentes le miraban atentamente. La reacción es de expectación, motivada sin duda por algo chocante y que les ha llamado la atención, aparte de la fama de su paisano. ¿Eso chocante no será precisamente la omisión de la frase referente al desquite? La reacción de los presentes es de expectación y de prevención contra Jesús, y no de estima y de confianza hacia él, como a menudo se dice.
El comentario de Jesús al pasaje leído es breve y enfático: "Hoy se cumple este pasaje que acabáis de oír". Resalta la posición enfática del adverbio. Lo proclamado por el profeta quinientos años atrás en medio de los desastres de la guerra (pobreza, dolor, encarcelamientos) tiene su cumplimiento ahora. Jesús hace suyo aquel mensaje, lo depura de toda connotación negativa y le da cumplimiento cabal. La omisión de la frase referente al desquite de nuestro Dios ha sido intencionada. Jesús no sabe nada de venganzas y de desquites de Dios.
Lucas, un autor con una metodología de trabajo rigurosa, quiere completar y garantizar la instrucción cristiana básica y rudimentaria de los recién bautizados. En esta línea empieza presentando la enseñanza de Jesús como una enseñanza que da cumplimiento al mensaje de gracia acumulado a lo largo del Antiguo Testamento, relectura que puede desencadenar una prevención contra él.
El Evangelio de Lucas es una larga catequesis con vistas a profundizar en la fe recibida. A la hora de profundizar debemos estar dispuestos a dejarnos cuestionar por la enseñanza de Jesús. Es muy posible que existan en nosotros, aun sin ser conscientes de ello, adherencias y esquemas incorrecta o falsamente religiosos. Jesús es el hoy de tantas esperanzas de tanta gente marginada y maltratada que, al igual que Dios, nada sabe de venganza y de desquite.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO
- Jesús ha presentado su programa mesiánico en la sinagoga de Nazaret ¿Qué aprendemos de él a través de su programa misionero?
- Desde el bautismo y a lo largo de su vida, el Espíritu es fiel compañero de Jesús. ¿Te sientes acompañado por el Espíritu del Señor? ¿Cómo percibes su presencia y estímulo?
- Mi programa de vida ¿está en consonancia con el de Jesús? ¿Sus preferencias, los pobres, son también mis prioridades?
- ¿Quiénes son hoy, en nuestro mundo, los desfavorecidos que necesitan “liberación”?
REAL PARROQUIA SANTA MARÍA MAGDALENA -SEVILLA-