Domingo V de Pascua Ciclo A: “Yo soy el camino”
(Jn 14,1-12)

 

   La Palabra de Hoy

1ª Lectura:   Hechos 6,1-7 

“Elegid siete hombres llenos de Espíritu Santo”                      

  Salmo 32
  “La Palabra del Señor es sincera”

2ªLectura:   1 Pedro 2,4-9           
  “Sois linaje escogido, sacerdocio regio y nación santa”

Evangelio:    Juan 14,1-12
   “Yo soy el camino, la verdad y la vida”

 


 



 


 

 

PALABRA DE VIDA

          La fe pascual transforma la vida de los creyentes, afectando a las relaciones con Dios y con los demás. Así, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, se nos presenta a una Iglesia, la comunidad cristiana de Jerusalén que, tras la resurrección se organiza para atender a sus necesidades, según los dones y carisma que cada uno ha recibido. La dignidad y responsabilidad de los que se han identificado con Cristo resucitado mediante el bautismo, queda reflejada en la primera carta de Pedro. La obra de Jesús tiene que continuar, por eso en el evangelio de hoy se encarga el propio Jesús de preparar a sus discípulos para cuando no esté con ellos físicamente, reconociendo que es el único mediador que hace posible el encuentro con el Padre.
          Se trata de  uno de los “discursos de despedida” de Jesús, tal como aparecen en el evangelio de San Juan. Así, cuando llega la hora de la despedida, el Señor les ayuda a interpretar el sentido de su muerte y las nuevas posibilidades  que se presentan para los creyentes después de su partida. Jesús va a instruir a los suyos sobre el auténtico significado de lo que está por venir. El primero de los dos discursos de despedida (Jn 13,31-14,31) tiene forma de diálogo que se interrumpe varias veces  con dudas y preguntas, a las que responde y aclara Jesús. La primera de estas preguntas suscita el anuncio de las negaciones de Pedro (Jn 13,36-38), tras el cual viene el pasaje de hoy, en el que Jesús tranquiliza a los discípulos, a la vez que anuncia su partida.
          En primer lugar Jesús pide serenidad, pidiendo una clara fe hacia su persona. Será al final del pasaje donde mejor se entenderá esto. Jesús no ve la muerte como el fracaso de su misión, sino la culminación de la misma. Además, su despedida no es definitiva, pues volverá resucitado y llevará  a los suyos hacia ese mismo “lugar”. Tomás parece ignorar cuál es la meta y el camino a recorrer. La duda de Tomás, como tal, no es real, perteneciendo a una técnica literaria llamada “Malentendido”, dando pie a que Jesús responda con una explicación que ayuda a profundizar en el sentido de sus palabras. El padre es el destino al que se dirigen todos los creyentes, y el único camino de acceso es Jesús, por eso se  presentará como el camino, la verdad y la vida. De este modo, es preciso conocerle a él para conocer al Padre, algo que los discípulos han conseguido porque ya lo han visto (v.7).
          Al afirmar Jesús que sus discípulos ya han visto al padre, entra en clara contradicción con la tradición bíblica, según la cual nadie ha visto a Dios (Is 45,15; Jn 1,18). Es decir, Dios no sólo es invisible físicamente, sino que además el ser humano no puede conocerlo por sí mismo. La petición de Felipe está representando el deseo que alberga el corazón de todo creyente. La respuesta de Jesús niega la posibilidad de una visión directa de Dios, pero a la vez afirma que el Padre se ha hecho visible en su persona. Jesús es el rostro humano de Dios, como nos dirá en el versículo 9. Así, al realizar la afirmación sobre la íntima unión que existe entre el Padre y él, pide que esta revelación sea acogida con fe (vv.10y 11). Con esta nueva solicitud de confianza, el discípulo es invitado a dar credibilidad a las palabras de su Señor, acreditadas gracias a las obras que él hace.
          En el último versículo, Jesús muestras las perspectivas de futuro que se abrirán a los discípulos cuando se vaya al padre. La ausencia aparente de Jesús posibilitará un nuevo tipo de presencia gracias al Espíritu. En ese contexto se han de entender las palabras del versículo 12, donde se promete a los creyentes la posibilidad de continuar y extender, y habla de “obras mayores” , la misión que él ha iniciado.
          Los creyentes conocemos la meta que perseguimos y sabemos que el camino para llegar a ella no está compuesto de leyes, sino de una persona que habló y actuó de una manera muy determinada. Si nos creemos sus palabras y nos empeñamos en continuar su obra, Jesús mismo nos encaminará con él hacia el encuentro con el Padre.     
 

 


 

 




 

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

  •  ¿Qué te ha aportado la lectura de este pasaje a la hora de conocer a Jesús con mayor profundidad?
  • El Dios en el que crees, ¿es el Padre de Jesús, el que se nos muestra en sus obras y en sus palabras?
  • ¿Eres consciente de que estamos llamados a prolongar como creyentes la obra de Jesús, que es también la obra de Dios?















     

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