Domingo IV de Pascua Ciclo A: “Yo soy la puerta”
(Jn 10,1-10)
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En un lenguaje pastoril la palabra de hoy nos transmite una imagen de Dios, que protege y da seguridad. Ternura que, a la vez, se convierte en medida y referente: “yo soy la puerta”. Es un Dios-pastor de cuidado amoroso y atento guiando a su pueblo para que no le falte de nada, como nos dirá el Salmo 22. De igual manera, Jesús es presentado en la carta de Pedro y en el evangelio como el Dios amor, de solidaridad plena con el hombre, que da su vida para que los “suyos” no andemos como ovejas descarriadas, ni caigamos en manos de “salteadores y ladrones”. No se puede olvidar la imagen simbólica de Jesús como “puerta”, medida y lugar por la que han de pasar las ovejas si quieren acceder a la salvación. Con esta doble imagen, de pastor y puerta, se intenta dar una llamada de atención, en todo de dura crítica, a los dirigentes religiosos de Israel.
A lo largo de todo el capítulo 10 del evangelio de San Juan, se presenta la figura del “buen pastor”. El pasaje de hoy (Jn 10,1-10), pertenece al “discurso del buen pastor” (Jn 10,1-21), y está situado en el evangelio de Juan detrás del signo de la curación del ciego de nacimiento (Jn 9,1-41), donde se hablaba de luz-tinieblas y ceguera. En el texto de hoy, se habla de pastores y rediles, pero no por eso deja de tener el mismo tono polémico, manteniendo idéntica temática de fondo: confrontación con los dirigentes religiosos judíos.
Todo el discurso tiene un carácter metafórico, lo que nos obliga a buscar claves simbólicas que posibilite la interpretación correcta del significado del texto. En la primera parte del pasaje, en los 5 primeros versículos, Jesús propone una “comparación” (v 6), hablando del pastor en tercera persona. Aunque no llegue a identificarse explícitamente con él,, como hará más adelante (Jn 10,11-14), no hay dudas que se refiere a sí mismo. Este buen pastor tiene una serie de cualidades que serán descritas a lo largo de todo el discurso. Así, se dice de él que siempre entra por la puerta y que, una vez dentro, las llama por su nombre y se pone delante de ellas. Las ovejas, que conocen su voz, la escuchan y le siguen. Con estas expresiones presenta una relación personal de intimidad y confianza entre Jesús y sus discípulos.
Los otros personajes. “ladrones”, “salteadores” y “extraños” señalan, y esa es la comparación, a los fariseos, pues en el pasaje de la curación del ciego de nacimiento fueron los que se enfrentaron con Jesús por haber hecho aquél signo. A ellos están referidos también los duros calificativos con los que Jesús condena la mala gestión de los guías religiosos del pueblo. Por eso la gente no los reconoce como tales, huye de ellos y no les echa cuenta (v. 8). El redil está simbolizando a Israel, razón por la que el pastor las saca fuera es para librarlas de los abusos de quienes sólo las buscan para “robar, matar y destruir” (v.10). Lo peor es que éstos ni siquiera se dan por aludidos cuando Jesús denuncia su conducta (v.6).
En el A.T el título de pastor se aplica, en primer lugar, a Dios, evocando la solicitud y el cuidado de Yavéh, que acompaña y guía a su pueblo a lo largo de la historia. También son llamados pastores los reyes y dirigentes políticos y religiosos a quienes el Señor ha puesto al frente de su pueblo para que lo conduzcan y gobiernen según su voluntad. A lo largo de la historia, lo profetas han tenido que denunciar los abusos y llamarlos falsos pastores al apacentarse a sí mismo y olvidarse del rebaño, dejándolo a la deriva de cualquier peligro (Ezequiel 34). Ante esta irresponsabilidad y abandono, surge una esperanza. Dios volverá a ser el pastor de su pueblo, suscitando un nuevo David, un Mesías liberador que no sólo apacentará el rebaño de Israel, sino que lo protegerá.
Con la imagen de la puerta, en la segunda parte del pasaje (v.9), se evoca la seguridad, acogida y defensa frente al peligro, posibilidad de entrar o salir, de quedarse fuera o dentro. Es decir, Jesús es el paso obligado para quienes quieran estar a salvo y encontrar todo aquello que necesitan. Por el contrario, los “ladrones y salteadores” han preferido ignorar que sólo a través de él se tiene acceso seguro a la vida. Esto se consigue escuchando su voz, siguiendo sus pasos, identificándose con su proyecto.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO
- Jesús es pastor y puerta ¿Cómo te ayudan estas imágenes a conocer mejor al Señor?
- ¿Qué tipo de relación te invitan a establecer con él?
- ¿Cómo podemos ser para los demás pastor y puerta?¿Qué actitudes y acciones te sugieren estas imágenes como seguidor de Jesús?
REAL PARROQUIA SANTA MARÍA MAGDALENA -SEVILLA-