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Clero Parroquial

ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

“Dios, Padre y Pastor de todos los hombres, Tú quieres que no falten hombres de fe que consagren sus vidas al servicio del evangelio y al cuidado de la Iglesia. Haz que tu Espíritu Santo ilumine los corazones y fortalezca las voluntades de tus fieles para que, acogiendo tu llamada, lleguen a ser los sacerdotes entregados que tu pueblo necesita.  Señor, tú dijiste: “la mies es mucha y los operarios pocos”. Envía, Señor, operarios a tu mies. Amén”.

Ciertamente que, si existen buenas ovejas, habrá también buenos pastores, pues de entre las buenas ovejas salen los buenos pastores.

Escuchemos lo que dice el Señor a los predicadores: La mies es mucha, pero los operarios son pocos; rogad pues, al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos los trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza, por que hay que reconocer que, si bien hay personas que desean escuchar cosas buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas.

Francisco Román Castro (Sevilla, 1967), sacerdote, es también licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y Doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Tras su ordenación sacerdotal, en 1996, fue párroco de Santa María Magdalena, de Villamanrique de la Condesa, trasladándose a Roma en 1998 para realizar sus estudios de doctorado. A su regreso en 2004 fue Vicario Parroquial de Santa María Magdalena, de Arahal, y Vicecanciller del Arzobispado de Sevilla, así como formador del Seminario Metropolitano. 

Durante el curso 2009-2010 ejerció como Director Espiritual de la Hdad. de los Estudiantes, de Sevilla, y Delegado Diocesano de Pastoral Universitaria y Director del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS), al que ya estuvo vinculado como Adjunto a la Dirección durante su etapa de diácono.

Desde 2005 desempeñó diversos cargos en la Curia Diocesana, entre los que destacan los de Director del Departamento de Asuntos Jurídicos, Delegado Episcopal para los Asuntos Jurídicos Sacramentales y, finalmente, Secretario General y Canciller de la Archidiócesis. Profesor del Centro de Estudios Teológico de Sevilla y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Isidoro y San Leandro, además de con la publicación de su tesis doctoral, “Incidencia del estado autonómico en las relaciones Iglesia-Estado”, cuenta con varios artículos sobre Derecho Eclesiástico del Estado en revistas especializadas, así como ha realizado diversas intervenciones en actividades de formación y promoción del diálogo fe-cultura dirigidas a la comunidad universitaria.

Actualmente ejerce también como canónigo doctoral de la Catedral de Sevilla, miembro del Consejo Presbiteral, Juez del Tribunal Eclesiástico de Sevilla, Consiliario de los Equipos de Ntra. Señora, Profesor Ordinario de Derecho Canónico de la Facultad de Teología de Sevilla y Director de la Catedra de Derecho Canónico y Eclesiástico, de la referida Facultad.
Desde el día 8 de septiembre de 2013, día en que tomó posesión, ejerce su ministerio sacerdotal como párroco de nuestra parroquia y director espiritual de sus cinco hermandades. El 15 de septiembre de 2021 celebró sus bodas de plata sacerdotales tras ocho años de párroco entre nosotros.

Ángel Antonio Faílde Rodríguez, nació en Sevilla, el 23 de julio de 1959, realizando sus estudios eclesiásticos en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla. Al finalizar los mismos es ordenado de Diácono, el 27 de septiembre de 1986 , y el 28 de junio de 1987 de Presbítero.

Ha ejercido su Ministerio sacerdotal con diversas responsabilidades. Como Vicario Parroquial en las parroquia Ntra. Sra, de la Asunción, de Villanueva de la Serena (Badajoz), y en la de Ntra. Sra. del Águila, de Sevilla;  como Párroco en la de San Miguel Arcángel, de Castilleja del Campo (Sevilla), en la de San Martín de Tours, de Carrión de los Céspedes (Sevilla), y en la de Ntra. Sra. del Reposo, de Sevilla. Ha sido Arcipreste del arciprestazgo la Corza-Pino Montano, de 2007-2011.

Cursó estudios de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Salamanca, obteniendo el grado de Licenciado. Desde el año 1992 ha ejercido distintos Ministerios en el Tribunal Interdiocesano de Primera Instancia de Sevilla: Notario-Actuario, Defensor del Vínculo y Juez Vicepresidente del mismo Tribunal, responsabilidad que continúa ejerciendo. En  la actualidad se encuentra realizando la Tesis Doctoral, por la misma Universidad, sobre el tema: ”El proceso a Fr. Franciso José de Jaca y a Fr. Epifanio de Moirans, Misioneros Apostólicos Capuchinos, por sus propuestas abolicionistas en Indias”. 

En junio de 2014 fue nombrado, por el Sr. Arzobispo de D. Juan José Asenjo Pelegrina, Vicario Parroquial de esta Parroquia Santa María Magdalena.

Rvdo. P. Fray Eugenio Ruiz Prieto O.P.

Sacerdote Adscrito

Rvdo. Sr. D. Juan Luis García García

Sacerdote Adscrito

Rvdo. Sr. D. Juan Antonio Martínez Salinas

Celebrante habitual

D. Antonio Domínguez Valverde nació en Aroche (Huelva) el 25 de junio de 1926  en cuya Parroquia sirvió de monaguillo. Tras perder a sus padres durante la Guerra Civil ingresa en el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda. Para evitar que su vocación religiosa se viera frustrada por falta de recursos, D. Antonio Jurado Armario, Párroco de la Magdalena, lo acogió en la Casa Rectoral como si se tratara de un miembro de su propia familia.

Ordenado sacerdote el 19 de mayo de 1951, en los inicios de su ministerio desempeñó los cargos de Coadjutor de la Parroquia de Santa Cruz y Profesor del Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda. Posteriormente marcha a Roma para ampliar su formación en la Universidad Gregoriana en la que se doctoró en Historia de la Iglesia. De regreso a Sevilla fue profesor, secretario y jefe de estudios del Seminario Metropolitano; al tiempo que ayudaba a D. Antonio Jurado en las labores de la Parroquia, en la que le sucedería; primero, como Regente en 1966 y dos años más tarde, como Párroco.

El Cardenal Bueno Monreal lo incorporó a la Curia diocesana, en la que desempeñó los cargos de Vicesecretario General y Secretario General y Canciller. Posteriormente, el Cardenal Amigo Vallejo le nombró Deán de la S. I. Catedral (1982) y Vicario General (1983), siéndolo hasta su fallecimiento.

Pero por encima de todas las responsabilidades aquí reseñadas, que lo constituyeron, sin duda, en una de las personas más relevantes de la Iglesia de Sevilla del final del s. XX, D. Antonio antepuso siempre su condición de Párroco de Santa María Magdalena, a la que consideraba su casa y a la que amaba sobremanera.

Como en tantas otras cosas, D. Antonio era la perfecta encarnación de la fidelidad a la Iglesia y a su ministerio sacerdotal. Supo servir con absoluta discreción a los Rvdmos. Prelados de nuestra Archidiócesis. También supo vivir la humildad de manera ejemplar.

Sin embargo, la nota más destacada de su personalidad era su espíritu de servicio hacia los demás, especialmente a sus feligreses, a quienes consagró su vida y para quienes siempre estaba disponible. Con su sotana y su roquete bajo el brazo, era constante en la atención a los enfermos e impedidos llevándoles la Comunión, en la cura de almas en el confesionario, en el ejercicio de la caridad… Impulsó la devoción a Jesús Sacramentado, exponiendo todas las tardes al Señor en la capilla del sagrario parroquial. Igualmente sentía una especial devoción hacia la Inmaculada Virgen María invocándola en las entrañables advocaciones del Amparo y de los Reyes.

Fue también Director Espiritual de las Hermandades de la Parroquia, a las que conocía profundamente y a las que también quería en la misma medida.

Enfermo de gravedad, atendió a su Parroquia hasta el último momento y, a buen seguro, le dedicó sus últimos pensamientos. El Señor lo llamó junto a Él en nuestra ciudad, el martes 22 de junio de 2004, a los 77 años de edad y 53 de sacerdocio.